Pero qué rápido pasan las vacaciones… un visto y no visto…
los días no deberían pasar tan deprisa, ojalá fueran relajados y pausados como
mis piernas piden paso una a la otra para caminar, mientras mi cerebro va a “ralentí”
enviando la señal de aprobación jajaja… pero lamentablemente los días de
vacaciones no tienen EM…
Me relajé, quité estrés de encima, y sobre todo… hasta
llegué a pensar que mi “enemiga” se había quedado en tierra jajaja… pero no
(que ingenua soy por favor… eso es imposible), ella estaba allí, solo fue un
sueño tonto… al quinto día, ya me vino a decir:
- - Eeehhh no te emociones que sigo aquí, solamente te di unos días de descanso…
Todo mi gozo en un pozo, pero “que me quiten lo bailao”
Aguanté bastante bien, para haber salido del último brote
unas semanas antes. Tomé el sol (poquito, porque no podemos exponernos mucho)
con cuidado poniendo crema solar del 50, con gorra, y controlando no estando
mucho tiempo, así que ponía una camiseta o iba a bañarme… Es un quiero y no
puedo, porque, te dicen que no te expongas mucho al sol, sobretodo
directamente, pero es que también, el sol es necesario para tener nuestra
vitamina D en sus valores…
A partir del día en que mi “enemiga” salió a la luz… fue
cuando estuve un poco pachucha… la pierna del lado derecho (que es el lado en
el que me quedaron las secuelas de casi todos los brotes) al caminar me fallaba
o me costaba mucho moverla, me arrastraba un poco y me dolía; así que cada
banco que veía, me sentaba un poco a descansar, como yo digo, a engañarla un
poco, porque así al levantarme caminaba mejor, pero nada, no me valía el engaño
ni para 200 metros, pero algo es algo…
En cambio, el lado izquierdo que fue
donde tuve el último brote, recuperó casi al completo y no me dio nada de
guerra, salvo el brazo que sigue un poco patoso, sobre todo la mano, pero mucho
mejor de cómo estaba…
En el avión, ¡ay en avión!... no había vuelto a volar desde
que me diagnosticaron, y, noté muchísimo la falta de equilibrio, que perdí en
uno de los primeros brotes; en el despegue y el aterrizaje lo pasé realmente
mal, porque, no sé cómo explicarlo, es así más o menos como si estuviera dando
vueltas sobre mí misma y a la vez levitando, vamos como si fuera un astronauta
en la luna y a la vez, como si mi cerebro estuviera montado en una noria… el
resto del trayecto muy bien como siempre (menos mal que no hubo turbulencias,
porque si no, creo que preferiría tirarme por la puerta de emergencia y seguro
que no desperdiciaría tanta adrenalina…). ¿Qué saco en conclusión de esto? Pues
que ahora si voy a un parque de atracciones… “me doy por muerta”
En resumen, con mis más y mis menos… fueron unas vacaciones
en las que pude desconectar, sentir la tranquilidad que me transmite el sonido
del mar… y sobre todo, que pude sentir aunque solo fueran unos días… que mi
sombra iba detrás de mí y no delante como siempre incordiando, pude liberarme
de ella y… ¡jolin!, eso sí es una sensación de la que puedo estar contenta, mi
mundo se paró y volví a sentir que era YO, YO SOLA, SIN ESA CARGA QUE DIA A DIA
LLEVO A CUESTAS, por ello, y sin que sirva de precedente:
- - ¡GRACIAS EM, GRACIAS POR DEJARME RECORDAR COMO ERA MI VIDA SIN TI!
Pese a todos estos ligeros imprevistos, mi balance del
viaje, como no, ha sido POSITIVO, y así seguirán siendo mis “retos,
inconvenientes, bajones, subidones, miedos, tropezones… llámalo x”. SIEMPRE
POSITIVOS
Y estas vacaciones no hubieran sido tan geniales… sin esos “personajillos”
que me acompañaron, que me entienden, se preocuparon por mí, y me lo daban todo
sin pedir nada a cambio y sobre todo, tuvieron esa EMPATÍA que debería tener
todo el mundo.
- ¡¡¡MUCHAS GRACIAS CHICOS!!!!
Bienvenida Jessy. Me alegro que hayas disfrutado mucho tus vacaciones. Si está acompañante que tenemos quiere venir con nosotros a todos los sitios pero también creo que nuestro buen estado anímico y nuestra sonrisa, le jode, nos puede dejar unos minutillos libres
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