miércoles, 29 de agosto de 2018

¿Y SI TODO FUERA UN SUEÑO...?

Sabemos que de la EM no se muere, pero la agonía se prolonga de por vida; esa agonía que comparo con los momentos en que notas que ya está ahí su fin... que la vida se te escapa de las manos, como un simple puñado de arena te resbala entre los dedos... esa agonía que nunca se va, sino que con cada brote, cada tropezón, cada día de dolor y cansancio; se hace más notoria...
Por ello, cada minuto que no se hace ver... hay que disfrutar la vida; dejarse de tonterías que antes nos parecían problemones, no perder el tiempo en cosas que viéndolo ahora desde mi perspectiva, son insignificantes. Saborear esos días en los que tu cuerpo y tu cerebro te dejen, aunque solamente sean unas horas, llegar a creerte que tu "enemiga" no existe, que todo fue un mal sueño (ese "sueño", todo sea dicho, suele durar menos de lo que quisiera). Pero, ¿y si todo fuera un sueño...?
Es imposible, porque los sueños no se basan en crear un miedo interno (que siempre te acompaña en cada paso, con el cual nunca llegarás a ser completamente feliz, por mucho que se diga y por "muy bien" que te encuentres), sino una vida idílica, en la que todo sea color de rosa, con un buen fondo de colchón, jejeje y una salud envidiable; eso, señoras y señores, eso sí es un sueño.
¡Ojalá no todos los "sueños" se cumplieran! Y, aquel día al despertar y sentir esas hormiguitas en mis dedos de los pies... volver a sentir el despertador y ver que estaba soñando, que simplemente era una "p... pesadilla"
Así empezó todo, así mi "non grata amiga" llegó a mi cuerpo sin tan siquiera dejarme desayunar tranquilamente; intenté ignorarla, entonces (como le gustaba ser el centro de atención...) se hizo notar más aún en el transcurso de los días...
Fue entonces cuando mi mundo se volvió una auténtica "p... pesadilla"  y no ese "sueño" que os describí anteriormente, no tenía nada que ver, que va... era tan diferente como lo son, el cielo y la tierra.


2 comentarios:

  1. Efectivamente no es un sueño puede parecerse más a una pesadilla, pero creo que ya hace algún tiempo que dejamos de ser niños y le hemos perdido el miedo a las pesadillas, y somos capaces de afrontalas

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    1. Qué años aquellos...!!! pues sí, no nos queda otra... mirar hacia atrás ni para coger impulso. Ahora que ya cogimos carrerilla....

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