Esperando que llegara la resonancia de diciembre para
empezar con TECFIDERA… llega el momento de ir a por los resultados, y mi
sorpresa fue que otra vez, esa dichosa máquina de resonancia volvió a “imprimir mal” mis zonas cerebrales, de nuevo,
una vez más, hay resultados peores que los anteriores, mi neuróloga me dice que
el nuevo tratamiento previsto, no se puede ni empezar porque con eso no
llegamos… que viendo la resonancia, que salió incluso peor de lo que ella
pensaba, hay que subir otro escalón más en la medicación, nos pasamos al
Tysabri. De ahora en adelante, hacia arriba, ya no me vale medicaciones de
escalones inferiores porque no podemos atajar la EM con ellas.
Nunca había llorado en la consulta, pero esta vez no pude
aguantar, todo se derrumbaba una vez más, nunca había palabras buenas sobre los
resultados de mi enfermedad, nada valía y encima iba empeorando día a día, de
igual manera que mi estado anímico… Hasta mi neuróloga se la veía emocionada, le
costaba tener que decirme todo aquello, pero tenía que hacerlo (eso sí es un médico
con empatía hacia sus pacientes, parece que no, pero es muy importante).
Me comentó el nombre del nuevo tratamiento y me dijo: mira, te lo
piensas unos días y luego si quieres ponerlo nos lo dices… uyyyy ¿y eso? Nunca me
había dicho en los anteriores que me lo pensara… ¿qué pasa con este? Pues que
en este hay unos riesgos bastante peores que con el resto… Lo primero hay que
analizar una muestra de sangre cada 6 meses y mandarlo a Dinamarca (si, nada
más y nada menos que a Dinamarca…) es el único sitio de la Unión Europea que
analiza el virus JC, éste bichejo es
contraproducente con el Tysabri y si sale en algún momento positivo, aunque el
tratamiento esté valiendo hay que quitarlo de inmediato porque puede causar una
leucoencefalopatía multifocal progresiva, que es una rara infección que provoca daños en la mielina y
es potencialmente mortal; vamos que por algo me preguntaba… ya decía yo… Me
dijo que si salía negativo, que entonces es muy difícil que salga más adelante,
(que todo puede ser eh… pero que un 99% me lo aseguraba), y si salía positivo
no podríamos empezarlo… habría que buscar otra opción. Ni siquiera me paré a
pensarlo, allí mismo me tiré a la piscina y dije sí; no tenía nada que pensar,
mis pensamientos se centraban en conseguir parar esta dichosa EM, si pasaba
algo malo, pues mala suerte… pero si decía que no por miedo, me arrepentiría el
resto de mis días pensando: ¿y si hubiera probado… y si… y si…?
JC…¡¡¡ NEGATIVO!!! Podemos empezar con Tysabri. Lo empecé en
enero de 2018 justamente con mi (por ahora) 6 y último brote. Cada 28 días voy
al hospital de día a ponerlo, más o menos sobre una hora y poco (la primera vez
estás más tiempo porque tienen que controlarte como reaccionas a ello, tomarte
tensión, frecuencia cardíaca…), a mí la verdad que me sienta genial, no siento
nada de nada, como que me estuvieran poniendo suero…
Lo único que notaba es que a partir del día que me tocaba ir
a ponerlo… me daba un subidón que me apetecía hacer de todo, ese todo no os
creáis eh… que quedaba en la mitad, jeje mi cuerpo no podía el “todo”, pero
vamos, que me sentía muy bien; y también notaba que la semana antes de ponerlo
el cansancio era mayor… Por lo demás todo maravillosamente bien. ¿efectos
secundarios…? ¿qué es eso? jejejeje
Fueron pasando los meses, y yo ya sentía algo distinto dentro
de mí, algo me hacía prever que este sí iba a ser el tratamiento idóneo, pero
por si acaso no lo decía muy alto…pero no era como los anteriores. Nada, mejor
esperar a saberlo seguro… que con mis antecedentes, no está la cosa para
hacerse ilusiones…
Llegó el momento de la resonancia mayo de 2018… pero tuve
que esperar hasta julio para el resultado (las vacaciones de verano en el
hospital son un caos…)
Y al fin…. ¡¡¡BUENAS
NOTICIAS!!! Ninguna lesión nueva,
cero actividad...“jessy, éste sí nos vale,
pudimos parar la progresión de la EM” me dijo mi neuróloga. Esta vez también
se me escaparon las lagrimillas, pero ahora sí, ahora de FELICIDAD.
Por si acaso, igualmente, queda pedida otra resonancia para
diciembre 2018, que no se fía del todo de mi EM, “por si las moscas”. Pero vamos,
que yo estoy muy muy tranquila, ahora sé que voy a ir a por los resultados de
las resonancias sin esa opresión que sentía en el pecho y sin ese terror al
cruzar la puerta de la consulta.
Llevo 6 meses sin brotes… un gran logro para mí, que los
tenía cada 4 meses desde que comencé con el diagnóstico va hacer ahora en
setiembre 2 años.
Creo que os dije ese refrán que decía: “nunca llovió que no abocanara” … pues amigos, aquí en mi mundo
esclerótico ya abocanó… luce un solazo que hace mucho no veía, y como que me llamo
Jessica que se queda sí o sí.
“¡¡¡mini-punto para el equipo de los escleróticos!!!” y “¡¡¡0 puntos
para mi eterna enemiga, la EM!!!”
Efectivamente Jessy esa es la actitud. Este partido lo tiene perdido con actitudes como la tuya
ResponderEliminarganar no se... pero por lo menos empatar seguro que sí...
Eliminarlo lleva claro mi "enemiga", no sabe con quién se encontró